El
aprovechamiento de los cetáceos por los humanos se remonta al periodo neolítico
y debió iniciarse con la recuperación de animales varados. Los japoneses
iniciaron la caza comercial de cetáceos en el siglo XI. Desde entonces la
actividad se ha caracterizado por la pesca excesiva y ha provocado una
sustancial reducción en el tamaño de las poblaciones. Con la invención del
cañón lanza-arpones, se inicia la era moderna de la caza comercial. Esto
significo una revolución en los métodos de caza, el riesgo humano disminuyo,
los cetáceos eran fácilmente alcanzados y morían mas rápidamente gracias al
explosivo que llevaba el arpón. En la actualidad, la captura de cetáceos se
realiza con dos técnicas diferentes, que producen distintos impacto sobre sus
poblaciones. Las dos grandes naciones balleneras (Japón y Rusia) usan flotas
pelásgicas, constituidas por un gran buque-factoría y una serie de embarcaciones
de menor tamaño que se encargan de la caza y de llevar los animales hasta el
buque-factoría o nodriza, donde son procesados íntegramente. Las factorías
terrestres corresponden a capturas modestas en las costas europeas,
principalmente España e Islandia; estas son embarcaciones de poco tonelaje que
recorren las costas vecinas a las factorías y cuando atrapan dos o tres
animales los levan a las factorías costeras para su procesamiento.
Otro
punto conflictivo en la explotación de los cetáceos es su mantenimiento en
cautiverio. Las especies mas utilizadas con este fin son el delfín nariz de
botella, las orcas, las falsas orcas y las belugas. A pesar de que los cetáceos
cautivos han contribuido al cambio de imagen de algunas especies como la orca,
han acercados los humanos a estos
animales marinos y han contribuido a la investigación, también han causado
algunos inconvenientes en ciertas poblaciones, al reducirlas. Entre 1985 y 1998
fueron mantenidas en cautiverio 134 orcas, las cuales murieron a los seis años
de edad en promedio. En su medio natural, las orcas pueden vivir unos 35 años.
La
observación de ballenas es un pasatiempo ancestral. El ecoturismo dedicado a
observar ballenas ha facilitado el contacto cercano de los humanos con ellas y
con los delfines, principalmente con fines educativos y de conocimiento de la
biodiversidad. Las actividades incluyen
desde observaciones casuales de la migración, la alimentación y el cortejo
hasta interacciones desde embarcaciones, avionetas o a nado en el agua.
La
actividad de observar ballenas se inicio en 1955 cuando el estadounidense Chuck
Chamberland comenzó a llevar turistas en su bote a observar ballenas grises,
cobrándoles un dólar. Pronto esta actividad se expandió rápidamente en estados
unidos y mas tarde hacia países vecinos como Canadá y México. El avistaje
comercial de cetáceos se realiza actualmente en muchos países. En
centroamericana, esta actividad comenzó a principios de 1990 y las especies que
mas se observaron fueron el Delfín hocico de botella, el delfín común y varias
especies de delfines manchados.
Algunos
estudios señalan que esta actividad se lleva a cabo sin la adecuada regulación
y esta causando alteraciones en los patrones de comportamiento de algunas
especies. Se han realizado algunos estudios para evaluar el impacto que tiene
la presencia de botes y otras embarcaciones, helicópteros, avionetas, etc y los
resultados apuntan a consecuencias a corto plazo, como el aumento en la velocidad
de nado en los cetáceos y huir de los lugares de alimentación, lo cual afecta
su comportamiento de buceo. Los efectos a largo plazo no se conocen aun. Es necesario
llevar a cabo estudios detallados sobre comportamiento, supervivencia,
reproducción y movimientos, para determinar si el transito de las distintas
embarcaciones tiene un impacto significativo en las poblaciones de cetáceos.